Eternos son los segundos,
desde que te levantas
a primera hora
para traerme un té
a la cama.
Eternos son los segundos,
mientras bajo la ducha
el agua
se desliza por tu piel
mojada.
Eternos son los segundos,
cuando no estás a mi lado,
la espera es eterna,
también mis pecados, mis penas,
necesito que vuelvas
para terminar con esta eterna espera.
Santiago Pires Rodríguez
Viena, 27 Dezember 2009
domingo, 27 de diciembre de 2009
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